En el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión en Tel Aviv se puede observar, al igual que en todo el país, gatos que son alimentados y cuidados por la gente, en especial por trabajadores que los conocen, algunos por sus nombres.
En la Torá, a la humanidad se le dio dominio sobre los animales (Gén. 1:26), lo que nos da el derecho a utilizar animales para satisfacer necesidades legítimas como alimento y vestido. La carne puede consumirse como alimento y las pieles de los animales se pueden utilizar para ropa.
Sin embargo, el dominio no nos da el derecho a causar dolor y destrucción indiscriminada. Se nos permite utilizar a los animales de esta forma sólo cuando hay una legítima necesidad y debemos hacerlo de manera que cauce al animal el menor sufrimiento. La matanza kosher está diseñada para ser tan rápida e indolora como sea posible, y si hubiera algo que pudiera causar dolor (por ejemplo, una muesca en el cuchillo de sacrificio o un retraso en el corte), la carne no se puede consumir. La caza deportiva está prohibida por la Ley Judía, lo mismo que el sufrimiento animal como entretenimiento. 1
En ciudades grandes o pequeñas, universidades, colegios, estaciones de bus, conjuntos de casas o apartamentos, en fin, están en todas partes. Los gatos son parte del día a día en las calles de Israel. Le he preguntado a algunos israelíes porqué hay tantos gatos en casi todo el país, la gran mayoría no sabe, ni siquiera se lo preguntan, simplemente están acostumbrados a su presencia. Otros creen que la tendencia escurridiza de los gatos sumado a la costumbre que tiene la gente de alimentarlos en las calles hace que los gatos abunden en todas partes. 2