¿Qué es un “recital”?
Para entender el contexto, es importante recordar que el concepto moderno de un concierto de música clásica no se desarrolló sino hasta mediados del siglo XIX.
Por ejemplo, en la época de Beethoven, un concierto podría empezar con el primer movimiento de una de sus nuevas sinfonías, seguido por un movimiento o dos de un concierto y luego por la lectura de un poema o una recitación dramática.
Al concluir esta parte en la que resaltaba la voz, podría seguir una pieza para piano solo de un compositor distinto, seguida por una obra de cámara, otro movimiento de sinfonía, o lo que se ocurriera.
Entonces, quizás se tocaría el segundo movimiento de la sinfonía de Beethoven y después más poesía, música o una pieza vocal. Había tal presencia de la voz entre la música que a estos conciertos se les denominó “recitales”.
Este formato empezó a cambiar alrededor de la época de Franz Liszt. De hecho, él fue uno de los primeros intérpretes en presentar un concierto dedicado solamente a sus composiciones.
Esta forma de presentar música fue tan novedosa que causó cierto revuelo. Liszt también llamó a sus conciertos “recitales” pero dejó de incluir la lectura de poesía. Así, el concierto de una sola persona quedó en “recital”.
Hoy en día, un recital puede ser muchas cosas pero generalmente involucra a varios músicos – quizás un pianista, una cantante con acompañamiento de piano, o un cello y piano.
Estos recitales se llevan a cabo en salas de menor cupo pero también en salas de concierto grandes, pero la atmósfera es siempre más íntima aún cuando se realice el recital en una gran sala de concierto.
Fuente: Robert A. Cutietta, Who Knew?, New York, Oxford U. Press, 2016